Las bodegas pagan mucho por la uva para evitar que se acabe el negocio

Las bodegas pagan mucho por la uva para evitar que se acabe el negocio

Las bodegas pagan mucho por la uva para evitar que se acabe el negocio

Había 40 bodegas en Vila Franca do Campo, ahora son cada vez menos. Manuel Rainha sigue teniendo sus puertas abiertas desde hace 27 años y pagando bien y a tiempo a sus empleados, pero advierte que el negocio “va muy mal”. Las lluvias de los últimos días no han ayudado a los productores. Manuel Rainha pasó 5 años trabajando en la bodega de su hermano, también en Vila Franca do Campo, y luego emigró a Canadá. Recuerda que no fue "con muchas ganas", pero pensó que podría ser una solución. Aunque su esposa tenía muchos familiares allí, 7 hermanos y a su madre, no se acostumbraron y la pareja terminó regresando a São Miguel, “nos gustó estar aquí”, donde viven con sus tres hijos, dos niños y una niña. Aproximadamente tres meses después de regresar de Canadá, Manuel Rainha montó su propia bodega, “Yo creé esta vida para mí”, en Ribeira Seca. Hace 27 años nació Adega F. Simas Rainha, una de las tantas que existían en el municipio de Vila Franca do Campo, sin contar las personas que elaboraban su propio vino casero. A los 61 años Manuel Rainha explica que el secreto es “tener movimiento” y, sobre todo, trabajar: “si no trabajas no vas a ningún lado”. Además de las 5 personas que tiene en su empresa, Manuel cuenta con la ayuda de sus dos hijos que, a pesar de que tienen sus propios trabajos, siempre pueden echar una mano en la bodega de donde viene la 'Boa Pinga'. “Saben comprar, saben vender, saben pagar”, dice Manuel Rainha mirando a los dos jóvenes hijos que se ocupan del negocio mientras el padre da la entrevista. El viernes no es el día más ajetreado, pero todavía llegan los cubos llenos de uvas fragantes (la uva fresa). Las lluvias que han caído en los últimos días asustan a los productores que no quieren perder sus cosechas uva, “el clima está arruinando la uva”, explica Manuel Rainha. "Están ansiosos por estropearlo, pero yo freno", dice. Recuerda que “la basura no se vende”, es decir, que no se puede hacer vino que no se venda luego al consumidor. Sabe que la lluvia no ayuda, pero tiene que esforzarse mucho, "hay que aguantarla para tener un buen producto" porque "sin calidad no se vende". Pagas más, pero ganas cada vez menos. En Vila Franca do Campo, Manuel Rainha y otros empresarios optaron por pagar más para evitar que la gente abandone para siempre los viñedos uva dulce y se mantenga su calidad. En el caso de esta bodega pagan 70 céntimos el kilo, mientras que para el otro tipo de vino los precios rondan (por ejemplo, en el continente), 24 y 30 céntimos el kilo. Compra la uva y paga al final de las entregas: “quien vende uva tiene que recibir su dinero a tiempo”, dice Manuel Rainha. A pesar de estar bien pagado, Manuel Rainha confirma que mucha gente “arrancó las viñas” y abandonó la tierra, “todo se escapó de la agricultura”, dice. La mano de obra "es muy cara" no compensa tener tierra cultivada. La cosecha de uva de olor es toda manual, no se puede mecanizar como las cepas para el llamado 'vino europeo'. Los nuevos caminos también le quitan mucho terreno al viñedo. El empresario explica que “los ancianos se aburren y los nuevos no quieren saberlo”. En Vila Franca do Campo Manuel Rainha conoce a mucha gente que “pone a sus hijos a estudiar con el dinero del vino” pero reconoce que ahora, “ahora lo que se vende no alcanza para los gastos”. Todavía recuerda un año, el “mejor”, en el que produjo 800 mil litros y hasta tuvo que poner vino en bodega que otros compañeros, llegando a Água D’Alto. Pagaba alrededor de “cien contos” al mes para usar los tanques de otros colegas, dice Manuel Rainha. Ahora admite que será difícil volver a producir tales cantidades. El año pasado fue de 150 mil litros y este año admite que puede tener un poco más, pero siempre y cuando tenga calidad.   El olor del Vino es Relativamente Pobre Abandonado por unos y discriminado por otros en la Bodega del señor Manuel Rainha, se escuchan muchos argumentos a favor de oler el vino, que, sí, “huele realmente diferente, pero no mal”, dicen. Los más viejos recuerdan mirar desde lejos y ver “Vila Franca do Campo llena de viñedos” que ahora han sido reemplazados por plataneros. Uno de los hijos de Manuel Rainha explica que los “50 céntimos de apoyo” que le dio el Gobierno al kilo de plátano hicieron que mucha gente cambiara de cultivo. Faltan vides y faltan manos "ya no hay mano de obra especializada para trabajar en los viñedos", sobre todo porque los mayores que más saben no tienen a quien enseñarles. Faltan los que producen, pero también faltan los que beben el vino aromático. Garantizan que las fiestas tradicionales de las Azores también dejaron de promocionar este producto regional. Dicen que los organizadores dejaron de comprar el vino con olor, porque prefieren comprar los packs de vino que vienen de fuera. Lamentan que sean los propios azorianos quienes no ayuden a los productos regionales y la economía local. Los consumidores son cada vez menos por culpa de los médicos. "No bebas vino con olor, bebe vino tinto", dicen, es un consejo que algunos médicos dan a los pacientes. No comprenden la base científica de este consejo. Nuno Rainha incluso explica que el vino que huele tiene más "resveratrol", una sustancia antioxidante, que se considera beneficiosa para la salud. Sospechan que el problema asociado al olor del vino es el mismo que se puede plantear con otros vinos, es decir, “los excesos”. Explican que debido a que tienen menos alcohol que otros vinos, la gente bebe el vino con olor en mayor cantidad. Lo ideal, argumentan, es que no se exageres con nada, pero si se trata de 'prescribir' una copa de vino con las comidas, ¿por qué no una copa de vino con olor? Ellos preguntan. Los expertos en vino también discriminan contra esta variedad de uva y algunos incluso argumentan que “oler vino es como oler un jugo y no vino”. Bárbara Almeida  

Detalles del evento
Fecha: 14/09/2014
Local
Ubicación: Notícia do Correio dos Açores
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Confirmación de edad

¿Tiene la edad legal para beber en su país de origen?